viernes, 24 de octubre de 2008

Al final todo está bien, sino lo está no es el final...¿Dónde íbamos?

Hay episodios que parecen repetirse en la vida pero con personajes diferentes, ¿cómo pensar en la esperanza si hay dolor? Posiblemente pensando en el pasado y en como todas las cosas se han ido equilibrando mínimamente hasta el punto de ser soportables. Hay un final sorpresivo, esta no es una sorpresa agradable, duele un poco, no se trata de venganza sino de compensación, acción y reacción, la moneda, tiene dos lados, ¿a qué le temes? Atrae tus temores para yo tener la certeza de que no era el final y para ver cómo el universo se compensa. Un sentimiento que se ha destilado, fuera de toda razón es un sentimiento puro, por eso se exige compensación, las cosas se han hecho bien, no han sido buenas intenciones, han sido buenos hechos, espero mi buena recompensa, esta vez lo hice bien.

Se cierran los ciclos y soy una mujer libre

Inevitable empezar por algo que salió en el horóscopo “las situaciones actuales resuenan con aspectos que vivió hace una década y lo maravilloso es sentir que avanza y presiente que los círculos se van rompiendo y una nueva era se abre frente a sus aspiraciones. La voluntad y el coraje son imprescindibles”. Por mucho tiempo tomé las salidas del cobarde: huir de si mismo y tratar de refugiarse en otros, me convertí en errabundo y me echaron de algunas posadas, vagué constantemente y me golpeé la cabeza en las paredes y piedras del camino cuando periódicamente tenía que exclamar “déjà vu”, esto ya lo viví antes. Me libero de mis ataduras que me confirmaban ideas erróneas sobre mi, tropismos: abandonos, llaveros que portan la llave, poder, virilidad, necesidad, apego, (culpa?).

Dolor, dolor, dolor, conciencia, liberación.

jueves, 16 de octubre de 2008

I´m a starfish…I Know

Tiempo atrás no sabía si tenía la capacidad de regenerarme, ahora es una certeza. Hablo de regeneración desde el significado mismo de la palabra, es decir, desde la capacidad de volverse a construir. La estrella de mar tiene la magnífica cualidad de reconstruir sus tejidos, de volverse a hacer, -hacer y ser- y lo mejor de todo, nada en un infinito de posibilidades, ahora tomo su ejemplo y me sumerjo en el océano de las posibilidades, sólo que esta vez, lo hago con intención.

I´m a starfish…I hope

En el proceso de la pérdida de identidad se pierde el cuerpo, el cuerpo concebido desde lo físico ya que empieza a parecer una cárcel, el cuerpo de ideas, juicios y conceptos y hasta el propio nombre nos empieza a parecer extraño. Esperaba tener la capacidad regenerativa, era la única posibilidad después de haberlo perdido todo, aunque lo físico permanecía, el aliento de vida parecía abandonar el cuerpo, un cuerpo que además se estaba convirtiendo en un desconocido y un extraño, un cuerpo con escamas que se iba despellejando y amenazaba con dejar al escrutinio público aquello que lo habitaba. Se perdió hasta el nombre y muchas otras sonoridades vinieron a reemplazarlo, muchos nombres de mujeres vinieron a habitar el nuevo cuerpo, un cuerpo que dejó de ser una cárcel y se convirtió en refugio.

Aurora y Ophelia me están halando del cabello…esas niñas no paran (Elyasa te estaba necesitando)

Aurora y Ophelia, mis dos grandes amores y mis dos grandes refugios, el yin y el yan, la luz y la oscuridad, sin la una no hubiera existido la otra, sin la una nunca hubiera conocido a la otra. Aurora radiante de cabello rubio, ojos verdes, calurosa y un constante rubor en sus mejillas, Ophelia oscura de cabello negro, ojos grises, fría y de piel blanca, que presenta visos morados como si sólo la luna y la noche hubieran tocado su corporeidad.
Aurora una niña feliz, Ophelia una niña triste, sin la una sería imposible apreciar a la otra. Elyasa –elisa- la contención, la niña-mujer que las contiene para que la una no sea sólo destrucción y la otra, no sólo creación. Dos niñas que claman la atención de un adulto que se haga responsable, una niña-mujer que viene a intervenir, a abrazarlas, a decirles que las cosas son como deben ser y están como deben estar, Elyasa, la que sonríe beatífica, terrorífica y mundanamente porque lleva en sí la iluminación, una promesa divina, el ciclo de las cosas.

sábado, 11 de octubre de 2008

Mi neurosis me lleva a dos extremos: llorar inconsolablemente o darle rienda suelta a mi megalomanía -(juego al poder)-

Neurosis –del juego al arte- se que necesito un equilibrio –lo que usted pierde lo recrea- he jugado, llevo tiempo jugando. Para mi neurosis han habido dos patrones recurrentes, el primero es pasivo, el segundo activo. Con el primero me agoto, si lloro inconsolablemente lo hago por impotencia, más que todo, la impotencia de no dejarme actuar, es decir, de no ser estratega y si me agoto llorando no voy a tener fuerzas para actuar. Es una salida del cobarde, lloro por impotencia y temor a mi. El segundo extremo que es activo es el de darle rienda suelta a mis “delirios de grandeza”, soy un ser humano que se ha pensado a sí mismo, puedo “leer” y manejar la información obtenida de esas “lecturas” para manipular e influenciar a mi conveniencia, el pequeño problema, es que a veces ese poder se me sale de las manos, mi neurosis me lleva a querer tener el control de las cosas. Creo que se es más apto para sobrevivir a través del segundo patrón, en el segundo extremo, siendo megalómana soy fría, calculadora y brillante -doble significación: digna de admiración y maquiavélica (el fin justifica los medios)-
Cuando el juego se domina se puede vivir y hacer de la vida una obra de arte.
Conozco mi naturaleza, se que voy de extremo a extremo, llevo tiempo estando en el extremo pasivo por el temor a mi propia capacidad de creación/destrucción, he sido un ser humano contenido con el propósito de tener el control (Tengo miedo de mi propio poder, aún es una fuerza volátil en mis manos).